El pasado viernes por la noche, en la capilla del Barrio Copacabana, y el sábado por la mañana, en la capilla del Barrio Armonía, se llevaron a cabo los esperados encuentros de voleibol en el marco de las Olimpiadas Lamanitas 2025. Este evento reunió a jóvenes de todos los barrios de la Estaca Copacabana en una competencia marcada por el entusiasmo, el compañerismo y valores trascendentales.
Con un formato especial que valora no solo el rendimiento deportivo, sino también aspectos como la puntualidad, la limpieza, el hermanamiento, la originalidad y la unión del equipo, las Olimpiadas Lamanitas destacan por su enfoque en el desarrollo integral de los participantes, en línea con el programa de Niños y Jóvenes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los encuentros fueron vibrantes y emocionantes, organizados mediante sorteos que generaron partidos inesperados pero llenos de energía y espíritu competitivo. Sin embargo, más allá de los resultados deportivos, la verdadera victoria estuvo en las experiencias vividas durante la jornada.
Entre las muchas historias destacables, el sábado se vivió un momento especial cuando una familia, compuesta por un padre y su hija de 12 años, observaba los partidos desde fuera de la capilla. Tras invitarlos a participar en la actividad, la joven fue incorporada a uno de los equipos, generando una ola de emoción entre los presentes. La entrega de la camiseta de su equipo y el apoyo del público, que coreó su nombre mientras se preparaba para realizar un saque, fueron instantes inolvidables para todos los asistentes.
La familia, proveniente de una comunidad alejada de la ciudad de La Paz, se despidió con gratitud y el corazón lleno de alegría, llevándose consigo no solo la polera de su equipo o el recuerdo de los partidos, sino también el calor humano y el cariño de sus nuevos amigos de la Iglesia. Al finalizar, fueron despedidos entre abrazos, saludos y una invitación abierta a visitar nuevamente la Iglesia de Jesucristo cuando estén por la zona.
Este evento no solo fortaleció los lazos entre los jóvenes de la Estaca Copacabana, sino que también demostró cómo el deporte puede ser una herramienta para unir corazones, brindar esperanza y compartir el amor del Salvador. Las Olimpiadas Lamanitas 2025 continúan mostrando que la verdadera competición es aquella que construye puentes y deja huellas imborrables en el alma.





